Óscar Puente, el nuevo pararrayos de Montero en el Parlamento andaluz
El ministro se convierte en protagonista involuntario en la sesión de control por la polémica sobre la gratuidad del transporte para menores


Una de las mayores peloteras que se dan entre distintos patrocinadores de un evento suele ser por los logotipos: si uno aparece más grande y mejor situado en un folleto o en un cartel y otro más chico y peor colocado o, tal vez, no aparece. En Andalucía está pasando ahora una de esas peloteras protagonizada por el ministro de Transportes, el socialista Óscar Puente, y el presidente de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno, a cuenta de las ayudas para la gratuidad del transporte metropolitano para menores de hasta 14 años.
De manera resumida: el Gobierno central paga íntegramente esa prestación y la Junta de Andalucía omitió dar esa información, como está obligada por el real decreto que regula las ayudas. No hay duda alguna de esa exigencia: “Todas las actividades de comunicación y difusión sobre la implantación de los descuentos deben incluir de manera expresa que reciben financiación del Ministerio de Transportes, e incluirán el logotipo específico”, dice la orden. Ocurre en todos los ámbitos: si la Unión Europea paga una actividad obliga a las instituciones que la gestionan a que lo publiciten.
Puente reaccionó de manera explosiva en las redes sociales y el ministerio anunció que denegaba las ayudas. Moreno también reaccionó en modo excesivo: en un acto de su partido el pasado lunes y señalándose con el dedo índice en el pecho anunció que las pagaría la Junta, apelando a la “dignidad de los andaluces”. Todos esto ha llegado este jueves al Parlamento andaluz, donde el ministro vallisoletano ha sido el protagonista involuntario en la sesión de control. Puente, en cierto sentido, se ha convertido en pararrayos de la secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, a la que todos los diputados del PP dirigen sus críticas vengan o no a cuento. Al menos hoy, el ministro de Transportes -que llamó “cuentista” al andaluz- ha desviado varias descargas contra la también vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda.
“Debe arreglar este lío y el concurso de testosterona con Puente. Usted se arroga avances que no paga con recursos de la Junta de Andalucía. Déjese a la milonga del agravio para ocultar su incompetencia”, le ha dicho la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto, al presidente andaluz. La respuesta de Moreno ha sido: “No puede evitar ejercer de delegada de Pedro Sánchez”. Y ha seguido agarrado al argumento de la honra de los andaluces: “En términos de dignidad no podemos aceptar que un ministro por soberbia decida quitar la ayuda del transporte. No lo vamos a tolerar, si tenemos que hacer un esfuerzo extraordinario y mantener la dignidad de los andaluces. Nadie nos pisotea”. Según publicó Diario de Sevilla, el coste de la gratuidad del transporte a los menores es de 150.000 euros. La Junta tiene un presupuesto de 48.836 millones de euros. Las partidas consignadas al Ministerio de Transporte ascienden a unos 21.000 millones.
También el portavoz del grupo mixto-Adelante Andalucía, José Ignacio García, ha instado a Moreno y a Puente a poner fin “a las peleítas”. “Esconder quién paga esta feo y supone una falta de elegancia política. La respuesta de Puente es peor porque le castiga a usted en la espalda de los andaluces”.
La portavoz socialista, María Márquez, también le ha instado a “cumplir la ley”, dejarse de “cortinas de humo”, de “show de la dignidad” y reconocer que la prestación del transporte para menores es una ayuda del Gobierno central. En el PSOE nadie ha acusado de exceso al ministro de Transportes, tal vez porque saben que la ayuda no entrará en vigor hasta el 1 de julio y hasta entonces hay muchos días para tensar y destensar. Márquez solo lleva tres sesiones planteando las cuestiones al presidente de la Junta, desde la marcha de su anterior secretario general, Juan Espadas, y no abandona lo que es el principal argumento de la oposición del PSOE: el deterioro del servicio sanitario y la investigación judicial sobre los contratos del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
“¿Habla o no habla usted con los cuatro imputados [altos cargos del SAS] para que no tiren de la manta?”, le ha instado a Moreno. El presidente, que huye de este tema, le ha respondido con otra pegunta: “¿Usted habla con Koldo, Ábalos y Jéssica?”. Los socialistas interpretaron que comparar a los tres últimos gerentes del SAS con los investigados por el ‘caso Koldo’ había sido una ida de pinza de Moreno. En el PP explicaron otra cosa: creen que los andaluces tienen asociadas las palabras corrupción y socialistas y que cada vez que el PSOE hable de “tramas corruptas sanitarias” en el Gobierno andaluz transitarán por el otro lado de la carretera con los “cien casos de corrupción” ligados a la etapa socialista.
Vox, el tercer grupo de la Cámara, ni siquiera se ha acercado a la polémica de Moreno con Puente o de Puente con Moreno. Su portavoz Manuel Gavira, se ha centrado en denunciar los “incumplimientos” del presidente andaluz al que recuerda cada vez que puede que ocupa su escaño “gracias” a la ultraderecha. Para este grupo, los populares gestionan igual que los socialistas, “dicen una cosa y hacen otra”. Moreno ha querido recordar, sin que nadie le pregunte, los aranceles impuestos por Donal Trump. Los diputados de Vox se han reído: “Menos cachondeo con los aranceles de vuestro amigo, menos risas con un tema tan serio”, ha comentado. No ha sido una improvisación. En el PP ha sorprendido y hasta cierto punto “preocupado” los datos al alza de Vox (en apenas 0,8 puntos) en la última encuesta del Centra y creen que cuando se deslizan al centro izquierda para competir con el PSOE, Vox rebaña votos a su derecha.
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