Zapatero dejará ahora endeudarse a todas las autonomías tras ceder ante Cataluña
El Parlamento catalán debatirá por primera vez, gracias a CiU, sobre la independencia

El compromiso que Artur Mas arrancó el lunes a Rodríguez Zapatero para que Cataluña pueda emitir deuda ha obligado al Gobierno a hacer encaje de bolillos y a optar finalmente por el café —en este caso la deuda— para todos. Y es que el Ejecutivo no solo se enfrenta a la ira del resto de las autonomías, que perciben un trato de favor en esta autorización de deuda a Cataluña, sino que ese compromiso encaja con dificultad en el acuerdo del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y en las nuevas reglas fijadas por Gobierno y autonomías. Según estas, el Consejo de Ministros no autorizará nuevas emisiones de deuda a las comunidades que incumplan sus compromisos de déficit, hasta que no presenten un plan de saneamiento y demuestren, además, que las nuevas medidas están dando sus frutos.
Para saltarse estas reglas, lo que ahora dice el Ministerio de Economía, es que lo que se autorizará a Cataluña no serán nuevas emisiones de deuda, sino refinanciación de la deuda actual. Es decir, solo podrán emitir deuda para financiar los vencimientos que se produzcan en el ejercicio. Es decir, lo mismo que le prohibió Zapatero a Ruiz-Gallardón en el caso de la capital. Ahora, además, se permitirá utilizar esta vía a todas las comunidades.
Esta apertura de mano en el control de las cuentas autonómicas por parte del Estado hace fosfatina las exigencias que la pasada semana hacía la canciller alemana, Angela Merkel, al Gobierno, y aumentará las dudas que el endeudamiento autonómico despierta en los mercados.
Hace dos años, Gobierno y Generalitat pusieron en pie de guerra al resto de Comunidades con motivo del nuevo sistema de financiación autonómico, al que ambas partes dieron visos de bilateralidad. En esta ocasión, el ejecutivo catalán ha cambiado de color —entonces gobernaba Cataluña el socialista Montilla—, pero la negociación mantenida el lunes entre Zapatero y Mas ha tenido la misma apariencia de exclusividad y la misma sublevación en el territorio, donde otros presidentes autonómicos invocan los acuerdos del CPFF, órgano donde están representadas las 17 autonomías.
La cesión de Zapatero ante Mas, además del desbloqueo de 759 millones de euros para infraestructuras, fue interpretada en la mañana de ayer como un «trato discriminatorio» que, hasta el anuncio vespertino de que habrá «café para todos», incendió el mapa autonómico de indignación. Comunidades como Murcia o Castilla-La Mancha, así como el Ayuntamiento de Madrid, tienen prohibido endeudarse debido a su alto déficit. El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, criticó el «empeño obsesivo» de no dar a la Región de Murcia «lo que se merece».
Derecho a decidir
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, señaló que el Parlamento se ha convertido en un «mercado persa» donde los nacionalistas van «a tirar de la cuerda» con acuerdos que no son «gratis».
Los nacionalistas, efectivamente, tiraron de la cuerda bilateral y ayer mismo permitieron con sus votos que la Mesa del Parlamento catalán admitiera a trámite, por primera vez, una proposición de ley para aprobar la independencia de Cataluña de forma unilateral. La iniciativa, presentada por Solidaritat Catalana per la Independència —formación presidida por Joan Laporta— fue rechazada por los miembros de PSC y PP. Al respecto, el portavoz del ejecutivo catalán, Francesc Homs, aseguró que «nada parará a este gobierno en su promesa de emprender una transición catalana hacia el derecho a decidir».
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